Logomaquia

Logomaquia (Del gr. λογομαχία, altercado) es la forma de disfrazar la falsedad con elocuencia. Discusión en que se atiende a las palabras y no al fondo del asunto.


Einstein era panteístas y la siguiente historia es una leyenda urbana. El mundo necesita recordar lo que es bueno y decente, un mundo sin religión ¿es un mundo sin ley moral? Interesante la lectura que busca desafiar filosofalmente a través de la mayéutica, mediante la vaguedad del lenguaje.

Esta historia se presenta con protagonistas distintos: En unas el niño es supuestamente cristiano, en otras el niño puede ser musulmán (las webs islamistas no añaden ciertas partes que en las cristianas si que se encuentran), en otras posiblemente un judío, (estás, todo hay que decirlo, aunque también son inventadas son más coherentes pues sus padres si que lo eran) difundida como cierta tiene sus comienzos en una parábola deísta contra el ateísmo…

La primera publicación, titulada como “Atheist professor VS Christian student“,  que podemos encontrar es del 25 de Marzo de 1999 y en ella el niño no es Einstein, de hecho aparece como una historia inventada. Antes de ella, la historia prácticamente no existe. (Curiosamente, en una web donde menciona a esta historia (también sin Einstein) se afirma que fue vista en un articulo llamado “Things on Which to Reflect” publicado en 1997. Pero ¿Y después? Un mes después de ese comentario con la historia incrustada sin Einstein, escrito el 13 de Abril de 1999, nos encontramos con la primera mención a Einstein.

Entre 1921 y 1938 lo que si hizo fue pronunciar discursos para recaudar fondos para la Universidad Hebrea de Jerusalem. Debido a este apoyo a la causa sionista, en 1952 el embajador de Israel en EE.UU, Abba Eban le ofreció la presidencia del estado israelí debido a la muerte de Jaim Weizmann, amigo de Einstein. Einstein se negó diciendo:

“Estoy profundamente conmovido por el ofrecimiento del Estado de Israel y a la vez apenado y avergonzado por no poder aceptarlo. Durante toda mi vida he tratado con cuestiones objetivas, por lo que carezco de la aptitud natural y de la experiencia para tatar como es debido con la gente y para desempeñar funciones oficiales. Soy el más afligido por estas circunstancias, porque mi relación con el pueblo judío se ha convertido en mi vínculo humano más fuerte, desde que tomé plena conciencia de nuestra precaria situación entre las naciones del mundo.”

En 1954, en una carta (la cual fue incluida en el libro Albert Einstein: The Human Side) el propio Einstein afirma:

“Por supuesto era una mentira lo que se ha leído acerca de mis convicciones religiosas; una mentira que es repetida sistemáticamente. No creo en un Dios personal y no lo he negado nunca sino que lo he expresado claramente. Si hay algo en mí que pueda ser llamado religioso es la ilimitada admiración por la estructura del mundo, hasta donde nuestra ciencia puede revelarla. […] No creo en la inmortalidad del individuo, y considero que la ética es de interés exclusivamente humano, sin ninguna autoridad sobrehumana sobre él.”

La palabra Dios no es para mí más que la expresión y el producto de la debilidad humana, la Biblia una colección de honorables, pero aun así primitivas leyendas que son, no obstante, bastante infantiles. Ninguna interpretación, no importa cuán sutil sea, puede (para mí) cambiar esto.”

Y la opinión que le merecen las religiones:

Como todas las otras religiones es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío al que yo gustosamente pertenezco y con cuya mentalidad guardo una gran afinidad no tiene para mí una calidad diferente a otros pueblos. Hasta donde alcanza mi experiencia, no son mejores que otros grupos..”

Fuente: http://www.guardian.co.uk/science/2008/may/13/peopleinscience.religion )

Incluso en el obituario escrito en New York Times el 19 de Abril de 1955 se incluyen las palabras que él mismo dijo en una entrevista:

“Yo no puedo imaginar un Dios que premia y castiga a los objetos de su creación y cuyos propósitos están moldeados según los nuestros; en resumen, un Dios que no es más que un reflejo de la fragilidad humana. Tampoco puedo yo creer que el individuo sobrevive a la muerte de su cuerpo, aunque espíritus débiles abrigan ese tipo de pensamientos a causa del temor o de egotismos ridículos. Es suficiente para mí contemplar el misterio de la vida consciente perpetuándose a sí misma por toda la eternidad, para reflexionar sobre la maravillosa estructura del universo que podemos percibir vagamente, y para tratar humildemente de comprender siquiera una parte infinitesimal de la inteligencia que se manifiesta en la naturaleza.”

Fuente: http://www.nytimes.com/learning/general/onthisday/bday/0314.html

Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: “ ¿Dios creó todo lo que existe?” Un estudiante contestó: Sí, lo hizo. ¿Dios creó todo?, pregunto nuevamente el profesor. Sí señor, respondió el joven.
El profesor contestó… “Si Dios creó todo, entonces Dios hizo al mal, pues el mal existe”. Y bajo el precepto que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces “Dios es malo”.
El estudiante se quedó callado ante tal respuesta. Y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe era un mito. Otro estudiante levantó su mano y dijo: ¿Puedo hacer una pregunta, profesor?. Por supuesto, respondió el profesor.
El joven se puso de pie y preguntó: ¿Profesor, existe el frío? ¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?.
El muchacho respondió: “De hecho, señor, el frío no existe. Según las leyes de Física, lo que consideramos frío, en realidad es la ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor”.
Y, ¿existe la oscuridad? Continuó el estudiante. El profesor respondió: Por supuesto. El estudiante contestó: Nuevamente se equivoca, Señor, la oscuridad tampoco existe. La oscuridad es en realidad ausencia de luz.
“ La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio determinado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así?. Oscuridad es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente”.
Finalmente, el joven preguntó al profesor: Señor, ¿existe el mal?. El profesor respondió: Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo, esas cosas son el mal.
A lo que el estudiante respondió: El mal no existe, Señor, o al menos no existe por si mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios.
Dios no creó al mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.
Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado. EL JOVEN SE LLAMABA ALBERT EINSTEIN

Albert Einstein es explícito cuando expresa su concordancia con la doctrina de que somos temporales y desaparecemos al morir. Dice el ilustre físico: “No podría concebir la idea de un individuo que sobrevive a su muerte; dejemos que las mentes frágiles, por miedo o por egoísmo, acaricien tales divagaciones. Yo estoy satisfecho con el misterio de la eternidad de la vida y con la consciencia y la visión de la maravillosa estructura del mundo existente, junto con una devota dedicación para comprender una porción, así sea muy pequeñita, de la Razón Divina que se manifiesta en la naturaleza”.


La lógica es la ciencia por la cual conocemos las leyes que deben cumplirse para que los razonamientos sean correctos. Todos los procesos discursivos que contrarían tales leyes constituyen razonamientos inválidos, algunos de los cuales, sin embargo, exhiben un aspecto de un raciocinio correcto, y en tal caso se denominan falacias.

Definiciones

= Un sofisma es una refutación o silogismo aparente, con objetivo de defender algo falso confundiendo al oyente o interlocutor, mediante una argucia en la argumentación.

= Una falacia lógica es una proposición presentada como verdadera en una afirmación, pero que solo lo es aparentemente.

= Las falacias lógicas son utilizadas comúnmente para justificar argumentos o posturas que no son justificables utilizando la razón. Suelen enmascarar engaños, falsedades, o estafas. Saber reconocer las falacias lógicas es de gran ayuda para no ser engañado.

= Una falacia es una declaración, noción, creencia, razonamiento o argumento basado en una deducción falsa, errónea o inválida.

= Una falacia lógica es la aplicación incorrecta de un principio lógico válido, o la aplicación de un principio inexistente.

= Sofisma es cualquier declaración falsa que aparenta haber sido obtenida mediante una metodología sistemática.

= Engaño, fraude o mentira para perjudicar a otro como el hábito de emplear falsedades para mal ajeno.

El término se originó en la Grecia Clásica. La sofística ha hecho historia. Tiene tras de sí 2,500 años de historia y actualmente está tan vigente como siempre.

Sofistas.- (del griego sophi, ‘experto’, ‘maestro artífice’, ‘hombre de sabiduría’), en su origen, nombre aplicado por los antiguos griegos a los hombres eruditos, tales como los Siete Sabios de Grecia; en el siglo V a.C., nombre que se daba a los maestros itinerantes que proporcionaban instrucción en diversas ramas del conocimiento a cambio de unos honorarios convenidos con antelación.

Personas que compartían puntos de vista filosóficos mucho más amplios que los de una escuela, los sofistas popularizaron las ideas de varios filósofos anteriores; pero, basándose en su interpretación de ese pensamiento filosófico anterior, casi todos ellos concluyeron afirmando que la verdad y la moral eran en esencia materias opinables. Así, en sus propias enseñanzas tendían a enfatizar formas de expresión persuasivas, como el arte de la retórica, que facilitaba a los discípulos técnicas útiles para alcanzar el éxito en la vida, en especial en la vida pública.

Pero aquellos individuos no tardaron en degenerar su disciplina: podían defender igualmente bien dos argumentos opuestos… todo dependía de cuánto se les pagara para hacerlo. Platón habló de ellos en sus Diálogos y dejó escrito lo que pensaba: eran meros mercenarios de la palabra, que ponían sus habilidades no al servicio de la verdad, sino del dinero o de intereses personales, sin importarles la dignidad ni la ética.

Aristóteles fue el primero en presentar una lista de sofismas en su escrito Sobre las refutaciones sofísticas, el cual es considerado como un apéndice de los Tópicos.

Las falacias surgieron junto con el desarrollo del idioma. Todos hacemos uso de ellas desde la infancia aun sin reconocerlas como una técnica. Lo que requiere de mayor pericia es su utilización sistemática en la política o en cualquier otra esfera profesional.

Es necesario aclarar que no todos los razonamientos inválidos se llaman falacias, sino solamente aquellos que tienen cierta apariencia de razonamiento válido, y que precisamente por ello son capaces de producir engaño. Las falacias son entonces los argumentos inválidos que están revestidos de una apariencia capciosa, ya sea por ignorancia, error o conveniencia.

PARALOGISMO

En la actualidad se usan indistintamente los términos “falacia” y “sofisma“. El término “paralogismo“, empleado erróneamente como sinónimo de estos términos, carece de la intención de engañar, que caracteriza al sofisma y a la falacia

Un paralogismo es un argumento o razonamiento falso, que se plantea sin una voluntad de engaño, y que tiene la forma de un silogismo o, más frecuentemente de un entimema. A diferencia de un sofisma, un argumento con el que se pretende demostrar algo que es falso, el paralogismo no depende de una confusión malintencionada en los términos, sino de un error del razonamiento

Algunas veces se expresan argumentos con plena consciencia de la falencia lógica, pero también suele incurrirse en ellos involuntariamente. Al respecto, es usual la distinción terminológica entre el paralogismo, que ocurre cuando alguien emite una falsa inferencia obrando de buena fe – es decir sin la intención de engañar a otro – y el sofisma o argucia, que es el argumento incorrecto empleado con el deliberado propósito de engañar a otro.

“““““““““““““““““““““““““““““““““

No existe opinión alguna, por absurda que sea, que los hombres no acepten como propia, si llegada la hora de convencerles se arguye que tal opinión es “aceptada universalmente”. Son como ovejas que siguen al carnero a dondequiera que vaya. (Schopenhauer).

(Sócrates). Sobre lo que dices vendrán ahora a apoyar tus palabras casi todos los atenienses y extranjeros, si deseas presentar contra mí testigos de que no tengo razón, hazlo. Pero yo, aunque no soy más que uno, no acepto tu opinión; no me obligas a ello con razones, sino que presentas contra mí muchos tes­tigos fal­sos.

Si existe alguien capaz de sostener hoy una cosa y mañana la contraria, sin más fundamen­to que el calor de los acon­tecimientos, las sugestiones de una película, o la moda, ese alguien, es la opinión pública. (Hobbes)

El Sofisma o Falacia es de tres clases:

  • S. de ambigüedad
  • S. de Presuposición
  • S. de Pertinencia

SOFISMAS DE AMBIGÜEDAD

Surgen de la mala utilización de las palabras para expresarlo. Utilizan las palabras con doble significado.

Las falacias en esta sección son todas instancias en las que una palabra o frase se usa en forma poco clara. Hay dos formas en que esto puede ocurrir:
La palabra o frase puede ser ambigua, en cuyo caso tiene más de un significado claro.
La palabra o frase es difusa, en cuyo caso no tiene un significado claro

  1. Andrés es un buen jugador de tenis.
  2. Por tanto, Andrés es ‘bueno’, esto es, bueno moralmente.

Aquí el problema se encuentra en que la palabra ‘bueno’ es una palabra ambigua, lo que quiere decir que tiene diferentes significados. En la premisa, se afirma que Andrés es bueno en una actividad particular, en este caso tenis. En la conclusión, se afirma que Andrés es bueno moralmente. Éstos son claramente significados distintos de la palabra ‘bueno’. Aunque la premisa sea cierta, la conclusión puede ser falsa: Andrés puede ser el mejor jugador de tenis del mundo y al mismo tiempo ser malvado o egoísta.

Ambigüedad se subdividen:

Equívoco

Cuando la palabra tiene más de un significado

Anfibología

Se da cuando existe errónea construcción gramatical

Se necesita empleada inútil presentarse sin recomendaciones

Énfasis o de acento

Se produce por la mala utilización del acento o por

Ejm: No, votaré por ese candidato – No votaré por ese candidato

La Bomba estalla, la bomba está allá

Hipostatización

Consiste en la costumbre, que tienen algunos al referirse a conceptos (abstracciones) como si fueran hechos concretos y de personificar, atribuyendo cualidades del ser humano a fenómenos naturales o a cualquier objeto de la realidad.

La felicidad toca a tu puerta.

No todas se rechazan. En lenguaje literario y periodismo la utilizan. Lo Falaz y negativo está en atribuir esas connotaciones personales de forma indiscriminada.

Composición o de Inducción.- Creer que lo bueno para las partes es necesariamente bueno para el todo o creer que, lo cierto de las cosas por separado lo es también para las cosas reunidas.

Ejem. El equipo de fútbol Brasil

División o Deducción.- Creer que lo que es bueno para el todo, lo es necesariamente para las partes.

México es tierra de grandes cantantes. Luego todos los mexicanos son grandes cantantes.

FALACIAS DE PRESUPOSICIÓN

Son aquellos que parten de premisas infundadas. Aquí opera la Generalización, o aplicación de silogismos con ideas que se distorsionan o se evaden.

1.- Generalización Indiscriminada.- o Sofisma de Accidente. Es el error que consiste en aplicar una regla general a un caso excepcional. Se generaliza

Se debe generalizar en casos normales, pero no cuando hay casos especiales o excepcionales.

Álvaro Noboa   …

2.- Generalización Apresurada.- También generaliza basándose experiencias o en casos aislados y por lo tanto no resisten el menor análisis

3.- Falso Dilema.- Cuando se hace creer que ante una situación sólo quedan dos posibilidades, como si todo en la vida estuviera sujeto a la bipolaridad como si solo se puede estar a favor o en contra: Rico – Pobre, blanco y negro,  norte – sur

4.- Epítetos Circulares.- Se caracteriza por las ofensas, insultantes con el fin de ganar el afecto del oyente. A falta de pruebas:     Injurias, ofensas

Es un acto típico de los insultadores de oficio que carecen de argumentos racionales, emplean palabras, frases cargadas de emotividad.

5.- Doble Estándar.- Hay quienes suelen ser muy severos con los demás pero son generosos consigo mismo

6.-Falsa Analogía.- O comparación injustificada porque se compara cosas que no presentan semejanzas esenciales.

Ejm.: mi madre jamás le alzó la voz a mi padre

7.- Falsa Causa.- Cuando se toma como causa de un hecho o fenómeno alguna simple circunstancia basada en una absurda superstición.

8.- Pendiente resbaladiza.- Cuando se admite o se omite algo solicitado, sería el comienzo de una cadena de hechos perjudiciales.

Ejm.-Si les concedemos esto a los estudiantes ahora, luego pedirán esto y aquello y se destruirá la universidad.

9.- Tesis Irrelevante.- Ignorancia del asunto.

FALACIAS DE PERTINENCIA

Son razonamientos que apelan a la emotividad o a la sensibilidad

1.-Ad hominen (Ataque personal)

Descalificar al contrincante en vez de rebatir sus argumentos, solo exhibe agresividad

Tú me acusas de copiar si tú eres el campeón de la copia

2.-Ad Populum o Falacia de Apelación de las masas.- Apelan el sentimiento de las grandes masas.

Se utilizan recursos dramáticos incluyendo violencia tratando de buscar el respaldo popular a tesis huérfanas de viabilidad y racionalidad.

Argumentum ad populum: Es un llamado emocional al auditorio, la aceptación para un enunciado que no es la conclusión de un razonamiento lógico válido (Los mexicanos queremos paz y no apoyamos la resistencia civil).                                     .

Argumentos “ad populum”:

Estos son argumentos dirigidos al pueblo. No son en rigor una especie distinta, sino que se atribuye esa designación a todos los recursos retóricos que buscan ganar el consenso popular a favor o en contra de cierta conclusión – que no está sustentada en pruebas valederas – por medio de la exaltación de los sentimientos que predominan en esa multitud.

3.-Ad Misericordiam.- Consiste en buscar la compasión para obtener su objetivo. Se explota el sentimentalismo.

4.-Ad Verecundiam.- Trata de ganar una discusión o imponer un criterio apelando a la autoridad. whisky

Es la creencia de que siempre hay alguien más informado que nosotros.

También es tratar de recurrir a las minorías selectas. Quienes saben de música van a tower record

También opera la autoridad de la tradición quienes se aferran a usos o costumbres impuestas por la tradición, aunque la razón diga lo contrario

Argumentum ad verecundiam: Para validar un argumento, se citan palabras de una autoridad, pero que posee relevancia en otro campo (Llamado de Aznar a votar por Calderón).

5.-Ad Ignorantium.- Es sacar provecho de la propia ignorancia. Pretende que la otra persona que escucha pruebe lo contrario de su argumento sino el tendrá la razón.

Argumento ad ignorantiam: Se sostiene a una proposición como verdadera argumentado solamente que no se ha demostrado que sea falsa, o lo contrario (No hubo fraude. (Nadie ha mostrado pruebas materiales).

6.-Ad baculum.- Imponer a base de miedo.- Es la amenaza sutil, encubierta en aparentes razonamientos.

Argumento “ad baculum”:

El denominado “argumento ad baculum” o de apelación a la amenaza de la fuerza, suele incluirse en la lista de los sofismas retóricos. Pero en realidad no es un argumento pues no busca convencer ni persuadir, sino que es lisa y llanamente una amenaza más o menos disimulada de hacer uso de la fuerza en el caso de que el receptor no realice lo que se le pide. Ejemplo: “No es conveniente para el futuro de su periódico que usted publique eso… si quiere seguir gozando

Falacias en los medios de comunicación y la política

Las falacias se usan frecuentemente en artículos de opinión en los medios de comunicación y en política. Cuando un político le dice a otro «No tienes la autoridad moral para decir X», puede estar queriendo decir dos cosas:

  • Usar un ejemplo de la falacia del ataque personal o Argumentum ad hominem, esto es, afirmar que X es falsa atacando a la persona que la afirmó, en lugar de preocuparse de la veracidad de X.
  • No ocuparse de la validez de X, sino hacer un crítica moral al interlocutor (y de hecho es posible que el político esté de acuerdo con la afirmación). En este último caso, la falacia no existe, sino sólo una opinión personal sobre la moralidad del otro.

Es difícil, por ello, distinguir falacias lógicas, ya que dependen del contexto.

Otro ejemplo, muy extendido es el recurso al Argumentum ad verecundiam o falacia de la autoridad. Un ejemplo clásico es el Ipse dixit («Él mismo lo dijo») utilizado a lo largo de la edad media para referirse a Aristóteles. Un ejemplo más moderno es el uso de famosos en anuncios: un producto que deberías comprar/usar/apoyar sólo porque tú famoso favorito lo hace.

Una referencia a una autoridad siempre es una falacia lógica, aunque puede ser un argumento racional si, por ejemplo, es una referencia a un experto en el área mencionada. En este caso, este experto debe reconocerse como tal y ambas partes deben estar de acuerdo que su testimonio es adecuado a las circunstancias. Esta forma de argumentación es común en ambientes legales.

Otra falacia muy usada en entornos políticos es el Argumentum ad populum, también llamado sofisma populista. Esta falacia es una variedad de la falacia ad verecundiam: consiste en atribuir la opinión propia a la opinión de la mayoría y deducir de ahí que si la mayoría piensa eso es que debe ser cierto. En cualquier caso muchas veces la propia premisa de que la mayoría piense eso puede ser falsa o cuanto menos dudosa ya que, en muchos casos, dicha afirmación no puede ser probada más que con algún tipo de encuesta que no se ha realizado. En caso de ser cierto tampoco se justifica el razonamiento porque la mayoría piense eso. Se basa en la falsa intuición de que el pueblo tiene autoridad, tanta gente no puede estar equivocada. Se suele oír con frases del tipo todo el mundo sabe que…, o …que es lo que la sociedad desea’, así como la mayoría de los españoles sabe que….

Por definición, razonamientos que contienen falacias lógicas no son válidos, pero muchas veces pueden ser (re)formulados de modo que cumplan un modo de razonamiento válido. El desafío del interlocutor es encontrar la premisa falsa, esto es, aquella que hace que la conclusión no sea firme.

El reconocer falacias en razonamientos prácticos puede ser difícil ya que el discurso está normalmente estructurado siguiendo patrones retóricos que ocultan las conexiones lógicas entre las afirmaciones. Como ilustran los ejemplos, las falacias pueden también aprovechar emociones o debilidades intelectuales o psicológicas en el interlocutor, aunque tener la capacidad de reconocer falacias lógicas en razonamientos puede disminuir la probabilidad de que esto ocurra.

Ejemplo ambiguo

  1. Andrés es un buen jugador de tenis.
  2. Por tanto, Andrés es ‘bueno’, esto es, bueno moralmente.

4.- LA MITOMANIA :

Cuando estos mecanismos de defensa de los Sofismas del ego y las Falacias son abundantes pueden deformar la Personalidad de manera enferma y hasta permanente. Enferma en el sentido de que cuando llegan al Esoterismo, se dan casos, lamentablemente de personas que se proclaman Maestros , iniciados, reencarnaciones, etc, y no son mas que farsantes, que ignoran que son farsantes .

Nos dice el V.M. Samael :” Yo creo que el equivocado sincero, el dormido que sueña estar despierto, el mitómano que así mismo se cree súper trascendido , el alucinado que se califica de iluminado en verdad puede y suele hacer a la humanidad muchísimo mas daño que aquel que jamás en su vida a participado en nuestros estudios “. “El peor género de locura resulta de la combinación de la mitomanía con las alucinaciones. El tipo del mitómano es aquel que presume de Dios, que se siente súper trascendido, que desea que todo el mundo le adore. Esta clase de sujetos al estudiar este capitulo le acomodan a otros mis palabras y piensan de si mismos que ya disolvieron al Yo aunque le tengan mas robusto que un gorila. Cuando un mitómano dormido trabaja en la fragua de los cíclopes, podéis estar bien seguros de que muy pronto abandonara el trabajo diciendo: Yo ya logre Nacimiento Segundo; he renunciado al Nirvana por amor a la humanidad, soy un Dios. En nuestro querido Movimiento Gnóstico hemos podido ver cosas muy feas; resulta espantoso ver a los mitómanos , a los dormidos alucinados profetizando locuras, calumniando al prójimo, calificando a otros de magos negros etc, Eso es espantoso “,”Necesitamos comprender lo que somos; pobres bestias dormidas, maquinas controladas por el Ego.”

En caso de ser cierto tampoco se justifica el razonamiento porque la mayoría piense eso. Se basa en la falsa intuición de que el pueblo tiene autoridad, tanta gente no puede estar equivocada. Se suele oír con frases del tipo todo el mundo sabe que…, o …que es lo que la sociedad desea’, así como la mayoría de los españoles sabe que….

voces confusas!”

Milan Kundera (La broma)

No todos los razonamientos falsos son falacias en el sentido estricto: también hay argumentos que son aparentan ser coherentes desde el punto de vista formal, pero que tuercen la lógica para defender algún interés, ya sea por ignorancia, error o conveniencia.

Estos razonamientos se llaman “sofismas”. El término se originó en la Grecia Clásica, cuando surgieron expertos en la elocuencia y la argumentación, disciplinas esenciales en la arena política.

Pero aquellos individuos no tardaron en degenerar su disciplina: podían defender igualmente bien dos argumentos opuestos… todo dependía de cuánto se les pagara para hacerlo. Platón habló de ellos en sus Diálogos y dejó escrito lo que pensaba: eran meros mercenarios de la palabra, que ponían sus habilidades no al servicio de la verdad, sino del dinero o de intereses personales, sin importarles la dignidad ni la ética.

La sofística ha hecho historia. Tiene tras de sí 2,500 años de historia y actualmente está tan vigente como siempre.

Dado que los sofismas no tienen patrones únicos, no son clasificables de una manera tan clara como las falacias. Cada uno tiene su dosis original de engaño, y hay que estudiarlos atentamente antes de descubrir el error.