M. Czíkszentmihályi

Published on May 30, 2013
Las emociones son en cierto grado los elementos más subjetivos de la conciencia, puesto que sólo uno mismo puede decir si realmente está experimentando amor, vergüenza, gratitud o felicidad. Sin embargo, una emoción es también el contenido más objetivo de la mente, porque la visceralidad de nuestro sentimiento cuando estamos enamorados, avergonzados, asustados o felices es generalmente más real para nosotros que lo que observamos en el mundo externo o cualquier cosa que aprendamos de la ciencia o de la lógica. Así, a menudo nos encontramos en la situación paradójica de actuar como los psicólogos conductistas cuando miramos a los demás desechando lo que dicen y confiando sólo en lo que hacen; mientras que cuando nos observamos a nosotros mismos somos como los fenomenólogos, pues tomamos nuestros sentimientos internos más en serio que los acontecimientos externos o las acciones manifiestas.